Ya escribirè una nota completa y como se merece Don Armando Tejada Gomez, imponente poetas de las cosas. Digo poeta de las cosas porque tuve la dicha de conocer gente que lo tratò directamente y me contaron su visiòn de la poesìa, mas aùn del arte: ponerle nombre a lo que està ahi. No inventar nada. Descubrir lo que las cosas nos brindan. Para introducirlos en su maravillosa mundo elegì una letra que expresa muchas cosas es la que creo y que me gustarìa poder experimentar en toda su extensiòn: La Argentina. Esa Argentina profunda que se revela en los que andan caminos y saben mirarla. Don Armando sabìa mirarla y lo màs maravilloso sabìa transformarla en canciòn.
Si bien mi tono es muy porteño, el acento de mi alma lleva los colores del norte. Aùn me debo y me deben pequeños pueblitos para vivir esa profunda Argentina. Mi sueño es crecer en Buenos Aires y terminar descansando en el profundo misterio de un valle, de una sierra, de un arroyo o de una montaña que me enamore y que lo enamore tan locamente que se nieguen a dejarme partir. A Don Armando prometiendo una nota a su altura y a mi sueño pidièndole que muera de amor por mì va...
Lejos, muy lejos del sol
vuelve el recuerdo de allá
siento en mis ojos brillar
el azul soledad de mi tierra natal.
Susurra el viento y se va
enloqueciendo el color
y es la nostalgia un adiós
de amapola y torcaz, mariposa y gorrión.
Allá lejos la patria andaba,
azulando el día,cielo allá,
tiempo allá,vuelvo niño al asombro del sur
y por mi sangre una voz maternal
nombra la vida.
Alza su sombra el ombú
poncho de la inmensidad,
y es mi lejano país
una dulce raíz que no sabe olvidar.
Frente a la bruma y el mar
la lejanía es un adiós
y se me da por pensar
que el recuerdo de allí
se me ha vuelto canción.
Allí lejos la patria andaba,
azulando el día,cielo allá,
tiempo allá,vuelvo niño al asombro del sur
y por mi sangre una voz maternal
nombra Argentina.
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