lunes, 18 de mayo de 2009

La muerte de un poeta.


La muerte es siempre reveladora. Siempre nos recuerda el límite, el punto final de todas las historias. En tanto la nuestra es una incognita, la de los otros se levanta y nos cubre de sombra y de la desprotección e inseguridad de no poder y de no saber. Cuando muere un poeta se nos va a los que amamos la poesía un compañero de ruta en esta opacidad que es la vida. Mario Benedetti fue para mi el despertar adolescente a la poesía amorosa, así me acerqué a él, para luego leer sus cuentos y también haber disfrutado películas que tuvieron su pluma como sostén. Recuerdo en este momento a "Gracias por el fuego" y "La tregua". Creo que la mejor forma de recordarlo es seguir leyendo sus poemas y para despedirlo lo haré con uno de ellos...
CURRÍCULUM

El cuento es muy sencillo
usted nace
contempla atribulado
el rojo azul del cielo
el pájaro que emigra
el torpe escarabajo
que su zapato aplastará
valiente

usted sufre
reclama por comida
y por costumbre
por obligación
llora limpio de culpas
extenuado
hasta que el sueño lo descalifica

usted ama
se transfigura y ama
por una eternidad tan provisoria
que hasta el orgullo se le vuelve tierno
y el corazón profético
se convierte en escombros

usted aprende
y usa lo aprendido
para volverse lentamente sabio
para saber que al fin el mundo es esto
en su mejor momento una nostalgia
en su peor momento un desamparo
y siempre siempre
un lío

entonces
usted muere.
Mario Benedetti


jueves, 7 de mayo de 2009

La vida no es una novela (pensamientos de un novelista).

Milan Kundera, autor de, entre otras novelas, "La insoportable levedad del ser", escribió las líneas que transcribo a continuación. Coincido con sus conceptos, sobre todo con el tono existencialista que nos revela la imposibilidad del retorno, la toma de conciencia, de esta forma, de la propia limitación para, por fin, ser posibilidad. Creo en el hombre como posibilidad y despliegue. Como ser anhelante. Como futuro. Un continuo por-ser. Pro-yecto, es decir, ser eyectado al mundo y al ser de las cosas. Los invito a reflexionar y me encantaría saber de sus opiniones acerca de lo que es ser hombre, lo que es ser-en-el-mundo.




(...) la mayoría de la gente se engaña mediante una doble creencia errónea: cree en el eterno recuerdo (de la gente, de las cosas, de los actos, de las naciones) y en la posibilidad de reparación (de los actos, de los errores, de los pecados, de las injusticias). Ambas creencias son falsas. La realidad es precisamente al contrario: todo será olvidado y nada será reparado. El papel de la reparación (de la venganza y del perdón) lo lleva a cabo el olvido. Nadie reparará las injusticias que se cometieron, pero todas las injusticias serán olvidadas.
¿Es que las historias, además de ocurrir, de acontecer, también dicen algo? A pesar de mi escepticismo me ha quedado algo de superstición, por ejemplo esa extraña convicción de que todas las historias que en la vida me ocurren, tienen además algún sentido, significan algo; que la vida, con su propia historia, dice algo sobre sí misma, , que nos desvela gradualmente alguno de sus secretos, que está ante nosotros como un acertijo que es necesario resolver, que las historias que en nuestras vidas vivimos son la mitología de esa vida y que en esa mitología está la clave de la verdad y del secreto (...) no soy capaz de librarme de esa necesidad de descifrar permanentemente mi propia vida.
El quid de la cuestión estaba en la imposibilidad del retorno. Todas las situaciones básicas de la vida son sin retorno. Para que el hombre sea hombre, tiene que atravezar la imposibilidad del retorno con plena conciencia. Beberla hasta el fondo. No puede hacer trampas. No puede poner cara de que no la ve. El hombre moderno hace trampas. Trata de pasar por todos los puntos claves y atravesar gratis desde la vida a la muerte. El hombre del campo es más honrado. Llega hasta el fondo de cada una de las situaciones básicas."
Milan Kundera
La broma.

domingo, 3 de mayo de 2009

Robando versos que fueron besos.


Tardes de abismo intracraneal.
Gestos de insuficiencia.
Sentimientos de fracasos continuos,
excepto el despertar.
La vigilia me ubica
en el deslugar de la soledad
por el cansancio mismo
de ser sin saber,
de tener la nada
que no es poco.
Desde aquí parto
a cada intención
y arribo al punto inmediato anterior
cada vez,
como si lo aprendido muriese
para no crecer.
Todavía exceptúo el despertar.
Dudo si podré
con estas palabras,
con estos versos
que antes fueron besos
robados de tardes más robadas aún.
Cuando intenté ser otra
desafiando a los dioses
en los que no creo.

viernes, 1 de mayo de 2009

Mujeres.

Dentro los sitios recomendados en mi mundo, figura el Perro Andalúz. Pertenece al pintor argentino Alejandro Fornieles, cuya obra busca ser el puente entre el sonido de la música del alma y las líneas abstractas del espiritual mundo propuesto por Kandinsky. Los invito calurosamente a visitar el blog. Fornieles también transita el mundo figurativo, aquí les presento una pintura llamada Mujeres, para cual he escrito los versos que siguen a continuación, hijos de la admiración tanto a la obra como al cuerpo y la imagen femenina, que, como habrán notado mis seguidores, siempre está presente en mis publicaciones.

De pie.
Satisfecha y segura
Con curvas, círculos,
Líneas y suavidades
Deseante y deseosas
De deseos que se pierdan,
Se hundan, enloquezcan
Humedezcan, muerdan, babeen,
Succionen, sequen
Y vuelvan a babear.
Abrazadas.
Dolor y consuelo,
Sexo y erotismo.
Amor, cabellos y viento.
Más líneas y más extensiones
Mayores destinos de lenguas y manos.
Desafiante, altiva, provocadora
Dueña y generadora
Poseedora del misterio.
La contradicción y antítesis.
Diosas salvadoras y redentoras
Defensoras y protectoras
O Musas vengadoras,
Vengativas, virulentas y rencorosas.
Pero siempre bellas.
Portadoras del secreto
Del desenfreno y la calma.
De la oscuridad de profundidades saladas,
Tibias y untuosas.
Que esconden la luz del placer
Del vuelo, de la dicha,
Del paraíso de la mano de una Eva
Que no introdujo el pecado
Sino el enigma de la Vida.

La Negra.