lunes, 29 de octubre de 2007

Con regalos asì, como no sentirse una Reina.



Milan Kundera en su novela "La insoportable levedad del ser" muestra como hay historias que son producto de casualidades. Pero tan tramposas son que basta que una de ella falte para que la historia no se de o no se cumpla. Yo estoy transitando por las maravillas de una experiencia similar. Viviendo un sueño que comenzò en una nube de casualidades que fueron llamando a otras y asì un dìa me encontrè besada por un sol infinito al coro del mar que con su voz y sus aromas coronò el inicio de mi fàbula, de mi cuento, de mi poema...que no es solo mio..es de a dos. El poema que comparto a continuaciòn formò parte de esas casualidades que lograron unir como dirìa el Gran Pablo "dos corazones que aunque distintos van caminando a su pesar, nuevamente se tendràn que buscar". Mi paz, mi luz, la ternura que me vino a salvar , me regalò estos versos.
Ésta vez


No somos los mismos, los de antes están sepultados
Somos otros fantasmas ésta vez, mas perniciosos.
Algunos sueños confluidos se evaporan en una nube viajera.
Se elevaron desde tanta lágrima herida, de tanto pasado.

Hoy descubro en vos nuevas coordenadas atrapantes.
Me aferro sin embargo a la cintura de tus sueños,
Me oculto entre los olores libres de tus cabellos deseados.
Dibujo trazos ondulantes sobre los surcos de tu mano de ángel,
Me abrazo infinitamente pequeño a tus labios anhelados.

Un silente pacto reaparece en nuestras miradas.
Una palabra tuya se escapa desde tanta distancia contenida.
Y vuelve a acariciarme allí donde mi pecho te resguarda,
Para calmarme, milagrosa, una sed con la que aprendí a convivir.

Una lluvia redondea ésta idea de amarte.
Nos empapa acuciante y auspicia un recuerdo.
Nos desnuda de tanto cansancio y alimenta nuestras raíces.
Sus gotas recorren caprichosos senderos sobre tu rostro mojado.

Entonces tengo ganas de beberte refrescante,
De secar tus lágrimas en un abrazo estrujante,
De cubrir el frío de tu corazón solitario,
De liberarte, de proteger tu cansancio.

Nosotros no somos los mismos, jamás volveremos a serlo.
Pero por fortuna, hay cosas que siempre estarán.
La lluvia, se va y se devuelve, nos envuelve y absuelve
Tanta soledad escrita.

Entonces vuelvo a creer en el amor ascendente.
El de reconocerse en las miradas,
El de nuestras manos selladas,
El de nuestras presencias cotidianas.
El que nos devuelve la certeza de que juntos podemos ser eternos.
Fernando Guilla

domingo, 28 de octubre de 2007

Tràgica, tràgica y laberìntica....




EL LABERINTO DE LOS SUEÑOS ROTOS
Nada ni nadie responde.
Tal vez busco absurdamente
un destino para mi ajeno.
Una y otra vez me sumerjo,
camino y me pierdo
en un laberinto infinito.
Cada nuevo intento
cada elecciòn y entrega
es un nuevo fracaso.
Son solo espejismos
que vienen a recordarme
que no es posible.
Para mì el Amor està negado.
No soy su huèsped esperado
ni soy admitida alegremente
en las puertas de su morada.
La soledad.
Ella sì me espera
en el centro del laberinto.
Quizàs deba admitir
feliz me destino.
Pero la felicidad
es un deseo.
Todos los deseos deben ser suspendidos.
Asì serè conducida
a descansar en paz
en el vaivèn eterno
del laberinto de los sueños rotos.

Sigo fiel a mi misma...romàntica, un poco tràgica y siempre enamorada.


SIN TI
a Fernando Guilla
Puedo atravesar
todos los puentes.
El Rubicòn para mí
es un simple paso.
Puedo luchar
todas las batallas,
y hasta la misma Madre
de todas ellas
es solo una niña
que me invita al juego.
Puedo como leona
feroz y celosa
defender a cada ser
que mi amor protege.
Puedo gritar
alzar mi voz en protesta.
Derribar muros.
Hacer posible lo imposible.

Pero si mis manos
no pueden perderse
en las delicias de tu piel.
Si mi cuerpo
que sediento transita
el desierto de tu ausencia,
no puede descansar
en el oasis de tu pecho.
Soy partículas perdidas
que diseminadas por el aire
necesitan de tu palabra,
que tu voz potente y creadora
las convoquen y las reúna
y así se asegure mi existencia.

No puedo amar
sin aprender a amarte.
Ni vivir
sin ver como tu vida
crece y se afirma
en la maravilla de ser
que guarda tu alma.
Ni respirar
si el aire no trae
los ìntimos aromas
de tu piel
que me embriagan,
me envuelven
y me llevan
en secretos viajes
a milagrosos mundos.

Por eso, no sueltes mis manos
que un oscuro abismo
me espera
habitado por fantasmas
que quieren absurdos
torturar mis noches.
No te olvides
de cubrirme cuando duermo,
y dejame contemplarte
en paz por las mañanas.
Permitime pensarte
y por favor pensame.
No me destierres de tus sueños
que me condenas al exilio.

sábado, 27 de octubre de 2007

Maravillas regaladas a mi alma.



Hace unos meses escribì un poema llamado "Tu" que, si bien estaba dedicado a una persona en particular, tuvo una bella resonancia en un gran amigo mio. Comparto esa belleza con ustedes y vuelvo a agradecer tamaña generosidad.

EN RESPUESTA A UN POEMA DE SANDRA.

Asì transformada en sustancia de ensueño,

sin distancia y sin tiempo,

tan real como la vida que en todo es efìmera,

tu presencia en mi antojo es definitiva.

Deseo de flor fragante, de mujer florida en amores,

los besos no bastan, para surcar tu alma

y colmar de placer tu deseo y tu ansia.

Es la lengua del poema,

la misma lengua que pasea tu cuerpo ardiente en anhelos,

la que traza caminos imposibles en geometrìas deliciosas

que al caer en concavidades de secreta fantasìa,

.

Amor hecho de entrega absoluta, deseo de dar y recibir,

permites generosa, el trànsito secreto por dinteles màgicos.

Senderos ardientes de amor transdormado que por instantes,

logran que la vida se convierta en vuelo hacia las estrellas.

Sed saciada con su propio fuego,

que deberìa arder siempre en ternura,

para ser juntos, por un instante, dueños de otra vida.

Deja que recorra el infinito deleite de tus formas

hasta alcanzarte el fuego que arde enamorado,

en el haberte soñado desde siempre.

I.C.T.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Duende Nocturno. Àngel de Alas Rotas




En medio del caos.
Pobre duende nocturno,
intentas luz en las sombras.
Angel de alas rotas,
simulas vuelo.
Pero tu propio peso
te hace caer
absurda,
feroz,
inexorablemente.

Tratas de emerger con fuerza.
Tu guía es el Amor.
Pero no alcanza.
La batalla es eterna
y cansa.

Ay duende nocturno,
pobre Angel de alas rotas.
Te mienten cariño
entre sueños.
Tu suspiras dolor
y derrota.

jueves, 18 de octubre de 2007

Y...Sì, soy un poco tràgica...


Réquiem para un amor



Hoy voy a decir largamente cuánto me dueles:

la noche toma tu forma, dándome gritos.

Hoy voy a decir que si no he muerto es porque espero

al filo del agua en la tormenta

en nuestra semejanza en la que creo

cabalmente, noblemente, sí, no he muerto.



Voy a gritar que te quiero a pesar de ti, por ti,

eternamente mía, enteramente, toda,

penosamente a vuelo de pájaro,

enteramente mía y otra vez y siempre.

Hoy voy a decir cuánto me dueles,

hoy voy a decir "me dueles, cuánto".



Ay, amor, las tardes me persiguen todavía.

martes, 16 de octubre de 2007

El Àngel Gris.





Hace veinte años mirando un programa de televisiòn, conocì a Alejandro Dolina.
Desde ese momento todas mis noches estàn pobladas de sus palabras.
De su mano conocì muchas maravillas, pude entablar diàlogo con los mas diversos autores.
Pasee por Grecia de la mano de sus dioses...morì de amor por historias imposibles...conocì Reyes capaces de todo por el amor de una mujer y mujeres capaces de todo...por amor a ellas.
Comparto una estètica, una forma de ver la vida y el arte, una forma de ver al mundo.Tambièn una forma de ver el amor, por eso compartirè con ustedes esta:




BALADA DEL AMOR IMPOSIBLE.

Los cronistas màs serios del barrio del àngel Gris coinciden en destacar la propensiòn de sus habitantes hacia los amores imposibles.


Asì, mientras los jòvenes de otros barrios se enamoran de muchachas groseramente posibles, los hombres de flores parecen condenados a amar -casi siempre en secreto- a mujeres que no serìan para ellos.


Y en honor a estas damas es que los Hombres Sensibles hacen lo que hacen.


Algunos emprenden desde chicos el estudio del violìn, ùnicamente para aprender a tocar un vals en obsequio a su amada. No importa que ella no alcance jamàs a oìrlo. Èse no es el punto.


Otros indagan los secretos de la versificaciòn y se sumerjen en el dolor para lograr una poesìa.


Hay quienes se ejercitan en el coraje y cultivan la guapeza. Y no faltan los que eligen la melancolìa a la locura.


Piensan los Hombres Sensibles que siendo mejores mereceràn ser amados. Y para la ètica sentimental de este barrio, los mejores hombres son artistas, valientes, tristes o locos.


Por eso los muchachos màs virtuosos de Flores sufren por amor.


Esta realidad ha despertado la atenciòn de todos y la piedad de muchos.


Cada semana, los enamorados de Flores reciben los consejos de sus amigos sabios de otras barriadas.


-¿ Por què amar a la Gran Marquesa del Norte, que es en realidad un duende? ¿Por què conformarse con la hija del yesero?


Son voces tentadoras que exponen las ventajas del amor razonable.


A estas exhortaciones, los Hombres Sensibles responden -no sin acierto- que en el amor no existe el libre albedrìo y que nadie puede decidir de quièn va a enamorarse.


Sin embargo -y a riesgo de caer en especulaciones psicològicas fuera de tono -cabe reconocer que los muchachos del Àngel Gris tienden a aproximarse sentimentalmente a las mujeres que menos les convienen.


Los tratadistas de Villa del Parque y los Refutadores de Leyendas sostienen que buscar pareja es una tarea enteramente racional y hasta cientìfica.


Vale la pena citar la novela didàctica "Hoy te amo con la cabeza", del profesor Amadeo Battista. Esta obra esconde -apenas- la tesis antedicha, entre los rotosos pliegues de su trama.


Parecidos criterios auspicia la esposa de este pensador, la doctora Alba C. de Battista en su libro "Me casè con un cretino".


Muchos hombres de negocios, comerciantes e industriales de la zona han entendido que el amor imposible es cosa nefasta, no sòlo para el que ama, sino tambièn para el desarrollo de las actividades productivas en general.


Declaran estos lùcidos mercaderes que, por lo comùn, los enamorados sin esperanzas son pèsimos empleados, màs atentos al recuerdo de unos ojos pardos que a la correcta realizaciòn de una nota de dèbito.


Tratando de reducir el nùmero de desencuentros amorosos en beneficio de la felicidad general, los Refutadores de Leyendas con la ayuda de los contadores de la Sociedad de Fomento de Villa Malcolm, prepararon las "tablas del Amor Infalible", especie de regla de càlculo segùn la cual las medidas del cuerpo del hombre, su coheficiente intelectual, su edad, su educaciòn, fortuna y berretines determinaban de un modo precisoa la mujer màs conveniente para sus planes amorosos.


Esto es ni màs ni menos que la refutaciòn de una leyenda o-lo que es peor-su reducciòn a tèrminos cientìficos. La leyenda es èsta:


"Hay una mujer para cada hombre, una sola que reùne todas las virtudes que ese hombre sueña. Su belleza està hecha para deslumbrar a ese hombre. Su voz ha sido creada para seducirlo. Su inteligencia, para suscitarle y sugerirle ideas amables. Su ternura, para hacerle dulce el diario sufrimiento. Esa mujer existe y anda por las calles. Pero el destino ha decidido que nunca jamàs se crucen los caminos de ningùn hombre con la mujer que para èl fue concebida."


Manuel Mandeb asegura en sus memorias que cierta tarde creyo reconocer a lo lejos una mujer que le correspondìa, conforme a la leyenda. Inmediatamente se trabò en lucha con el destino y tratò de alcanzar a la muchacha. Lo consiguiò en la esquina de Artigas y Avellaneda. Luego de interceptarle el paso, procediò a explicarle la vieja creencia de los Hombres Sensibles, mientras se secaba el sudor y trataba de recobrar el aliento. Pero la mujer no conocìa la leyenda, o tal vez la conocìa y la acataba puntualmente: dio media vuelta y se fue por Artigas al norte.


Y ya que mencionamos a Manuel Mandeb, conviene recordar que su ilegible prosa se alzò solitaria frente a los tratados racionalistas y a los inventos de los Refutadores de Leyendas.


El polìgrafo de Flores dejò un voluminoso estudio caratulado "Registro de amores imposibles en la lìnea del Sarmiento".


La obra consta de 914 fichas que corresponden a otros tantos casos concretos de amor sin recompensas. Està dividida en cuatro capìtulos:


El primero, subtitulado "Nunca le dije nada", es el màs extenso y registra episodios protagonizados por enamorados silenciosos.


El segundo, "Negativas" expone 115 rechazos, sus motivos, sus tèrminos y consecuencias, para no hablar de otros detalles màs bien superfluos que suelen recargar toda la obra de Mandeb.


El tercer capìtulo, "Amargo desengaño", cataloga 126 decepciones, incluida cuatro padecidas por el propio autor.


El cuarto y ùltimo capìtulo es un inspirado texto romàntico que se conoce como "Elogio del amor inconcluso". Veamos este pàrrafo:


..."Asì como las personas que mueren en su plenitud nos ahorran el recuerdo de la vejez, los amores interrumpido abruptamente siguen viviendo en nuestro corazòn no como brazas agonizantes, sino como horrorosas llamas que queman cada noche..."


"No hay mejor amor que el que nunca ha sido. Los romances que alcanzan a completarse conducen inevitablemente al desengaño, al encono o a la paciencia; los amores incompletos son siempre capullo, son siempre pasiòn."


Pero dejemos ya a Manuel Mandeb y reflexionemos sobre ese delicado asunto. Es sierto que infinidad de personas decentes viven la mòdica dicha del amor comùn y corriente.


Pero el amor imposible. aquèl del cual solamente son capaces los Hombres Sensibles de Flores, es el ùnico cabalmente maravilloso y digno de admiraciòn.


Ocurre asì: un muchacho se enamora de la Mujer Màs Hermosa.


Desde ese momento, su vida no tiene otro sentido que ese amor.


Sin embargo, el hombre sabe que no tiene chance en esa carrera, pues las Mujeres Màs Hermosas suelen casarse con otros caballeros, generalmente ricos o buenos mozos o ambas cosas.


Sus buenos amigos le aconsejaràn el olvido, pero este hombre ha nacido en Flores y no tiene la menor intenciòn de gambetear el dolor.


Y cada dìa deja mansamente que la tristeza le invada los huesos y que tiña hasta el ùltimo de sus pensamientos.


A veces, las distracciones y los mundanos asuntos amenazaràn con hacerle olvidar si quiera por un momento su amor y pesadumbre. Pero el hombre reaccionarà inmediatamente y se sumergirà otra vez en su propio abismo.


Que nadie se engañe. Este hombre que rìe a carcajadas cuando algùn conocido le refiere un cuento de supositorios, està pensando en su amor imposible.


Y la sangre que hincha sus venas es negra y espesa.


Pero, atenciòn. Este amor que lo hace desgraciado es el que le hace mejor. Èl ya ha renunciado a la Mujer Màs Hermosa. Jamàs padecerà decepciones. Su pasiòn no envejecerà ni se envilecerà. Nadie podrà engañarlo. Y a fuerza de bañarse cada dia en el sufrimiento, habrà aprendido el secreto de la resignaciòn.


Los caballeros exitosos no conoceràn la verdadera esencia del amor imposible. Ellos jamàs juegan jamàs su vida a una sola baraja. Con toda prudencia realizan inversiones en uno y otro lugar para compensar con una las pèrdidas ocasionadas por otras.


Pero el amor imposible no es cosa de prudentes, sino de Quijotes.


Sòlo cuatro veces en doce años vio Alonso Quijano a Aldonza Lorenzo.


Jamàs cruzaron palabra. Pero eso le bastò para vivir en ella y por ella. Sin esperar recompensa.


Por eso, señores, si acaso atesoran ustedes uno de estos metejones locos, a no arrepentirse. Sigan soñando y esperando lo imposible. Aunque sepamos que nuestras ilusiones no habràn de cumplirse nunca, sigamos acariciàndolas. Lo contrario serìa -como pensaba Wimpy- confundir una ilusiòn con un pagarè.


Serà una larga jornada. Muchas veces tendremos ganas de contar nuestra pena, pero no podremos hacerlo, para no profanarla. Siempre estaremos solos y tristes, pero no es para tanto. Despuès de todo, ya se sabe que los ùnicos paraìsos que existen son los paraìsos perdidos.

domingo, 14 de octubre de 2007

Las revoluciones no son eternas.



Los hombres somos unas caja llena de sorpresas y contradicciones. Estamos poblados de luchas interiores que nos tironean. Constantes encrucijadas nos convocan y exigen que optemos.

Peor aùn es para aquellas almas sensibles, esos espìritus inquietos que sienten siempre la necesidad de evolucionar. Seres estèticos, artìsticos.Ellos saben que el arte mas elevado es siempre revolucionario. Porque molesta e impone movernos, cambiar, caminar, salir de las estructuras que nos oxidan.

Pero màs allà de cualquier otra revoluciòn ellos saben que la revoluciòn fundamental es revolucionarse.

Aùn asì, ninguna revoluciòn es eterna, la vida tiene una dialèctica interior que lleva a que una revoluciòn se "institucionalice" y deje de ser innovaciòn; entonces, es el momento de volver a revolucionarse, de avanzar.

Nadie està obligado a aceptar estas reglas de juego. Pero si queremos apostar a màs, a nuevas formas, no debemos quedando donde estamos.

Hay dos frases casi jactansiosas que inducen a errores parecidos:

-Yo siempre soy el mismo.
-Siempre hacemos lo nuestro, no necesitamos cambiar, es nuestra identidad.

Noticia: la identidad es parte de la vida y la vida es dialèctica y evoluciona. Si no trabajamos dàndole vida a nuestra identidad, la terminamos matando, convirtièndola en una pieza de museo y con ella nosotros atràs como orgullosos guardianes del pasado.

Pero para esto se necesita hombre y mujeres que no se vendan a las comodidades de los mediocres que solo saben durar pero no vivir.

Crecer no es sentar cabeza es apoyarnos en algo firme para preparar el nuevo salto.No olvidemos estos versos del Nano:

"No me pidas que no piense
en voz alta por mi bien
ni que me suba a un taburete
si quieres probarè crecer..."

viernes, 12 de octubre de 2007

Descubrimiento.Conquista.Masacre.Genocidio.Un nuevo 12 de octubre.




Seguramente podrìamos lanzar discursos airàdos en contra de un descubrimiento que no fue tal. Tambièn enumerar las riquezas que otros obtuvieron de esta tierras. Incluso ensayarìamos certeras palabras sobre las actuales postergaciones de miles de almas que aun esperan su espacio en lugar que les perteneciò desde siempre. Pero como este pretende ser un lugar de arte me gustarìa mostrar que aquì "el elemento indìgena", "el aborìgen", "el indio"; era un ser conectado con el mundo, con las cosas y que su espiritualidad se manifestaba artìsticamente de una manera maravillosa y profunda.


Darè una muestra de poesìa quechua, cultura que si bien era oral y anònima, llegò a nosotros rescatada por poetas mestizos como Andrès Alencastre o Josè Marìa Arguedas. Los textos fueron extraidos del libro "Poesìa Quechua. La bàrbara tristeza." Ed Leviatan. 1997.
DILE QUE HE LLORADO
Picaflor esmeralda
el que vuela màs alto
el de las plumas doradas,
picaflor esmeralda
que brilla en el sol
que tiembla en el aire
hincando a las flores.
Quiero darte un encargo:
mi amada està lejos,
picaflor esmeralda,
llèvate esta carta.
No sè si llorarà todavìa
cuando lea mi nombre,
ome habrà olvidado
y ya no llorarà.
Pero si ella entristece
dile que he llorado,
dile que tambièn lloro
recordando a la amada.
Picaflor siwar
el que vuela màs alto
el de las plumas doradas.
Recogido por Josè Marìa Arguedas.


CONVERTIDO EN MARIPOSA.
Convertido en mariposa
pude entrar a tu morada,
lleguè hasta tu sombra.
Fingiendo no conocerme,
mi pequeña ala con tus pies aplastaste,
una parte de mi pecho rompiste.
Y he aquì còmo ya no puedo volver
sin ala ni pecho que volar.
Tendrè que dar vueltas eternamente bajo tu sombra,
etèrnamente, los ojos làgrimas, el corazòn tristeza.
Recogido por Jaime Guardia. Versiòn de Josè Marìa Arguedas.



Un amor, un refugio, una casita en la montaña.



Entonces...como siempre.

a Fer Guilla destino de mi corazòn, refugio de mi soledad y esperanza de mis deseos;

y a nuestros sueños de paz en la montaña.






Cuando ya nada responda.

La noche lo cubra todo.

En ese dìa en que la soledad sea Reina.

Los antiguos campos de sueños

estèn transformados en desiertos,

la mùsica sea un eco

que retorna del pasado

y mi pluma ya no tenga tinta

ni lectores mis palabras.

Cuando todos se hayan ido

y hasta mi esperanza flaquee.



Entonces, como siempre.

Volverè a mirarte.

Traeràs la magia de tu mano.

Tu guitarra derramarà

arroyos de acordes

que bajaràn por las montañas.

Otra vez seràs mi oasis.

Y tendrè un nuevo punto de partida.

miércoles, 10 de octubre de 2007

El ultimo instante.



a veces la vida nos cansa tanto


que nos da ganas de rendirnos


escribì estos versos


para alguien que se rindiò


pensando en el ùltimo segundo


en el silencio final








Hay un momento
en que todo se nos antoja ajeno.
El sonido de nuestro nombre
pareciera sonar solamente
en el hueco de un alma
que ya está vacía.
La ausencia es no estar
aun estando.
Las certezas se han ido.
El mañana es una larga espera.
Las distancias empiezan a doler
como golpes lacerantes sobre nuestro cuerpo.
El Amor es solo una palabra
entre otras muchas
que ya no nombran nada.
Y entre tantas cosas fugadas de sentido
es uno mismo el que se marcha
caminando como espectro
entre seres que miran sin ver
y tanto oido perdido
en la comparsa de este mundo infame.
Silencio.
Silencio y nada.
Vacio de ser.
El último instante.--

martes, 9 de octubre de 2007

Un cantor con alma de montañas


Les presento a un cantante y compositor que quiso el destino que lo viera por primera vez en Mar del Plata...como lo muestra la foto, pero se me hace que lo conozco desde siempre. Es dificil describir una voz, pero si lo hiciera diria que la suya es clara, simple y transparente como su alma. Y sus composiciones reflejan la sensibilidad de su corazòn. Ojalà algùn dìa comprenda el inmenso valor que tienen los hijos de su arte...y como si fuera todo esto poco, la vida no solo me dio el placer de conocerlo sino de regalarme la dicha de que sea mi compañero de ruta. Con todo mi admiraciòn y cariño les entrego una muestra de su maravilloso mundo.



Zamba para doña Santos

Nació ésta zamba una noche,
Con el recuerdo en mi voz,
De aquellas tardes pasadas, con mates y charlas,
De cuentos de ayer.
Leyendas, duendes y almas, logrando la calma
En mi inquieta niñez.

Recuerdo verla en el patio,
Bajo la viña su voz,
En la vieja Villa Cubas, su tierna figura,
Su eterno bastón,
Su lenta prisa, bien muda, buscando en la luna
La voz de su amor.

Manos que siembran la tierra,
manos que han sembrado el sol.
De aquellas cinco semillas
pariste a mi “tata” que me hizo cantor,
Y hoy mi canto se hace grande,
por tener las sangre de tu corazón.

Mujer de tanta familia,
y a la vez gran soledad.
Mujer que busca impaciente, detrás de la muerte,
A su viejo amar.
Mujer que en vida fue fuerte, buscando la suerte
Para los demás.

Humilde con tus palabras,
Sabiduría y verdad,
Sonrisa tierna y sincera, de madre tan buena,
Tan llena de edad.
Junto a su rosario reza, contra la pobreza,
Para los demás.
Fernando Guillamondegui

lunes, 8 de octubre de 2007

La Rueda

En esta historia representarás siempre el mismo papel: siempre estarás huyendo, siempre traficarás cosas inútiles, siempre la verás y sabrás que es Ella. Siempre la encontrarás en una encrucijada, le darás la mano, la rescatarás del olvido, se amarán y seguirán su camino. También Ella tendrá una sucesión de repeticiones. Fracasará una y otra vez. Se sentirá triste, trágica e imposible.

Así, la Rueda seguirá girando.

Hoy la cita es en Buenos Aires. Plaza Dorrego. Muriendo el invierno. Entrarás a un Pub. Estarás solo - o eso creerás-.Pensarás que estás de paso. Sos un viajero que trafica cosas inútiles. Hoy son teoremas, jugás con los números como la Rueda contigo.

Ella estará leyendo ávidamente. Ya sabés... nunca pierde el tiempo. Parece devorar las cosas, como si el mundo terminara hoy. Aquella vez era cantante y llevaba un escotado y sensual vestido rojo. Te fascinó. Hoy es escritora. Mejor dicho, lo será. Todavía necesita la estrella de tu presencia en su vida

Te sentarás en una mesa junto a la de Ella. Algo te atraerá...su perfume. Intenso. Con notas a madera de oriente y sándalo.

Se sentirá observada. Levantará la vista y como recitando un ancestral mantra dirá: -Lo demás es nada. La frase de Pessoa. Aquel poema que le leíste. La clave de la cita.

La Rueda sigue su curso.

No tendrás dudas. Otra vez te está esperando. Nunca te ha dejado ni te dejará. Entonces, la recordarás cantando en Montmartre, cuando no tenía estos largos cabellos que acariciarás. Sus labios no son tan finos como los que besaste en la calle de la Bonn. Tampoco sus ojos son iguales, eran celestes, grandes, brillantes. Hoy son marrones, algo tristes. La mirada es la misma. Lejana. Profunda.


Es Ella. ¡Es Ella! No te dejó. Ha regresado. Ayer fue canto de sirena. Te atrajo su música, su voz. Hoy es...¡Qué importa! Siempre es Ella. Siempre sos Vos.


Mientras te cuenta su fracaso, te irá reconociendo. Y aquel lejano amor volverá a aparecer. Intentarás representar el papel que más te gusta. Querrás seducirla. Usarás tu máscara de niño travieso. Esa vieja costumbre que te lleva de una mujer a otra. De un adiós al siguiente. De un abandono a otro.-No hace falta - te dice -. Tenemos un pacto. Somos fugaces. Pasajeros de un sueño. Jamás te dejaré.

Ella es tu eterno fantasma. Y Vos el de ella. Aparecen y desaparecen para que la Rueda siga girando.
Estirarás tu mano. La recorrerás. Perderás tus dedos en sus cabellos. Ella te dibujará, rozándote apenas Grabarán en sus almas este recuerdo. Este poema que escriben de a poco. Una estrofa por vida. Sus ojos. Si. Sus ojos serán la clave de la próxima cita.

Esta vez el lugar creerás elegirlo vos. En realidad, lo elige la Rueda. Se verán en El Cairo. Será un momento difícil. Un mundo peligroso los rodeará. Pero no les preocupará. Tienen que continuar.

Allí los volveré a soñar. O nos soñará la Rueda, para seguir girando. Otra vez estarás huyendo, traficando cosas inútiles y necesitando rescatarla y Ella deseando volver a amarte. Hasta un día. Cansados de tanto viaje. Se mirarán de frente. Decidirán escoger cuál será su derrota. Terminarán de escribir el poema. Comprarán el mejor vino. Brindarán a la salud de nadie. Y se irán a dormir.

Esta vez sin soñar ni ser soñados.



Por fin, para ustedes, la Rueda no seguirá girando