martes, 11 de diciembre de 2007

Confesiones.


Yo te estaba esperando.
Màs allà del invierno, en el cincuenta y ocho,
de la letra sin puño y el verano
de mi primera carta,
por los pasillos lentos y el examen,
a travès de los libros, de las tardes de futbol,
de la flor que no quiso convertirse en almohada,
màs allà del muchacho obligado a la luna,
por debajo de todo lo que amè,
yo te estaba esperando.
Yo te estoy esperando.
Por detràs de las noches y las calles,
de las hojas pisadas
y las obras pùblicas
y de los comentarios de la gente,
por encima de todo lo que soy,
de algunos restaurantes a los que ya no vamos,
con màs prisa que el tiempo que me huye,
màs cerca de la luz y de la tierra,
yo te estoy esperando.
Y seguirè esperando.
Como los amarillos del otoño,
todavìa palabra de amor ante el silencio,
cuando la piel se apague,
cuando el amor se abrace con la muerte
y se pongan màs serias nuestras fotografìas,
sobre el acantilado del recuerdo,
despuès que mi memoria se convierta en arena,
por detràs de la ùltima mentira,
yo seguirè esperando.
Luis Garcìa Montero
Español (1958)

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