martes, 13 de noviembre de 2007

Alguien una vez me dijo....

Rara, muy rara, la vida tiene algo que me queda grande, que no entiendo. Pide. Me pide cosas que que le doy y despuès rechaza. ¿Por què? ¿A què juega?
Alguien una vez me dijo algo muy parecido a estos versos:


Amor mío,
compréndeme,
te quiero toda,
de ojos a pies, a uñas,
por dentro, toda la claridad,
la que guardabas.

Soy yo, amor mío,
quien golpea tu puerta.
No es el fantasma, no es
el que antes se detuvo
en tu ventana.
Yo echo la puerta abajo:
yo entro en toda tu vida:
vengo a vivir en tu alma:
tú no puedes conmigo.

Tienes que abrir puerta a puerta,
tienes que obedecerme,
tienes que abrir los ojos
para que busque en ellos,
tienes que ver cómo ando
con pasos pesados
por todos los caminos que,
ciegos, me esperaban.

No me temas,
soy tuyo, pero
no soy el pasajero
ni el mendigo,
soy tu dueño,
el que tú esperabas,
y ahora entro
en tu vida,
para no salir más,amor,
amor, amor,para quedarme.

Pablo Neruda

Me dijo, que abriera la puerta, que entraba en mi vida para quedarse...lo dejè entrar, rompì mi castillo, derribè las puertas. Pero la vida pide...pide...y no da. No lo que esperamos. O tal vez si. Lo da. Pero somos cobardes. Tememos mirar de frente. Y la vida sigue. Y no espera. Y nos deja atràs. ¿Por què siempre quedo atràs? ¿Por què el silencio? Solo le dirè a la vida:

LA HORA


Tómame ahora que aún es temprano

y que llevo dalias nuevas en la mano.


Tómame ahora que aún es sombría

esta taciturna cabellera mía.


Ahora que tengo la carne olorosa

y los ojos limpios y la piel de rosa.


Ahora que calza mi planta ligera

la sandalia viva de la primavera.


Ahora que en mis labios repica la risa

como una campana sacudida aprisa.


Después..., ¡ah, yo sé que ya nada de eso más tarde tendré!


Que entonces inútil será tu deseo,

como ofrenda puesta sobre un mausoleo.


¡Tómame ahora que aún es temprano

y que tengo rica de nardos la mano!


Hoy, y no más tarde.

Antes que anochezca y se vuelva mustia la corola fresca.


Hoy, y no mañana. ¡Oh amante!

¿no ves que la enredadera crecerá ciprés?

Juana de Ibarbourou

Vida, tomame ahora antes de que sea tarde. Y ya no recuerde ni para que te queria, ni quien eres. Ni resuene tu voz en mi alma. Ni mis manos quieran cobijarte. Vida...no me dejes de lado, no me abandones a la orilla de este mar de ausencia y silencio. Vida...¿es tan corto el amor y tan largo el olvido como dice Don Pablo?

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