miércoles, 28 de noviembre de 2007

Reflexiones sueltas acerca del Amor y de la Vida


Si bien soy tràgica espero no cometer el error de escribir horrorosos poemas al estilo de los Hombres Sensibles de Dolina...

Creo que ya pasè determinadas etapas. Hoy veo al amor con ojos muy distintos...Aprendì que cuando se pasan determinadas fronteras ya no se puede volver atràs.
Amor es libertad, entonces amar es querer la libertad del otro, aceptarlo y no pretender cambiarlo. Todos los cambios verdaderos y profundos deben emanar del interior de cada uno de nosotros individual e ìntimamente. Quizàs desde afuera otros provocan choques, revoluciones. Pero los cambios sustanciales deben partir de uno e identificarse con el propio ser. Eso es ser autèntico. Comprender esa libertad en el otro es amar autènticamente.
Pero...aunque uno sepa y sienta esto profunda y convincentemente, vivirlo y transitarlo es otra cosa. Nada nos puede evitar el dolor, el gusto a fracaso a desilusiòn o a derrota sobre todo cuando las separaciones no se dan porque el Amor se acabe, màs aùn, cuando se Ama intènsamente y la Vida obliga a dar un paso al costado.
Borges en un estupendo poema pinta este dolor de una manera cruda, dura, brutal, pero real. Sus versos finales son como dagas, esas eternas dagas de sus cuentos, que se clavan en el alma de quien viviò o vive esos sentimientos de no presencia del ser amado: Tu ausencia me rodea como la cuerda al cuello, al mar en que se hunde.
Veamos las imàgenes que surgen de aquì: atrapado, rodeado, ahogado.
Atrapado en laberìnticas obsesiones, cargadas de preguntas, reproches, imàgenes que no abandonan. Dolina en un maravilloso cuento nos advierte que el recuerdo de una felicidad pasada es dolor en el presente.
Rodeado, paradògicamente rodeado. Digo paradògicamente porque lo que rodea es la ausencia. Carga de voces, afiches, leyendas, pinturas, canciones que dicen una y otra vez aquì no està, aquì no està, ya no està, se ha ido...
Ahogado en un mar de làgrimas y sordos gritos. No se por què mecanismos ocurre pero el dolor se corporiza y duele el pecho, y el alma se transforma en piel. Y la piel arde como quemada por un sol infinito, ese mismo sol que puede iluminar o consumir.
De pronto, nacen los reproches: ¡Dios lìbranos de ellos!. Es absurdo reprochar, es ahi en donde corremos el riesgo de convertirnos en poetas vulgares.
Dije absurdo. Sì. Es absurdo. El absurdo se apodera y queremos hacerle al otro pregunta insensatas: ¿por què me dejàs? ¿Por què no estàs conmigo? ¿por què no te alcanza si te di todo?
Absurdo.
El Amor se da o no se da. No se consigue por mèritos.
Este es el punto, confiezo que màs me duele. Este es el que me hace renegar contra todas las razones posible, si es que acaso existan razones.
Nada, nungùn mèrito, ningùn logro, ninguna virtud sirve para ser merecedor de que otro lo ame o se juegue por uno. En el mismo instante de obtener un "èxito" podemos ser abandonados.
¿Què hacer?
Nada.
No podemos hacer nada. El Amor no es voluntario. Son voluntarias las decisiones pero no el Amor.
Ni tampoco por màs fuerte que sean la conexiòn entre dos personas el Amor que cada uno siente y la forma de manifestarlo es igual, ni siquiera equivalente.
No debemos pretender ser amados como amamos. No tenemos que cometer el error de medir el Amor que otro siente con el cristal del Amor que uno siente.
Armamos nuestra forma de amar como podemos, como sabemos y la mayor parte de las veces condicionados por la propia historia, por los propios fantasmas, por los propios miedos.
Dejar libre, soltar a quièn se ama es amar intensamente.
Sufrir tambièn es amar.
Morir tambièn es amar.
Amor. Dolor. Muerte.
Son casi la misma cosa o por lo menos van de la mano.
Hay una frase maravillosa de una canciòn de Ismael Serrano: el Amor es Eterno mientras dura. Aquì vemos una contradicciòn aparente pero inevitable en la vida de todo hombre. Eternidad es no-tiempo. Durar es tiempo. Dando vueltas sobre esta frase y esta contradicciòn termino pensando que la felicidad no existe. Que son ràfagas.
Pero se tambièn que no se deben dejar escapar esas ràfagas. Son ùnicas, milagrosas. Y es lo ùnico importante en la vida: AMAR. SER AMADO. Y NO DEJAR PASAR EL MILAGRO.
Porque en el fondo por màs que seamos genios, exitosos, inteligentìsimos, maravillosos y todas las pavadas que nos podamos creer, todos nos bañamos desnudos y terminamos solos durmiendo en la noche, abrazados a frìas almohadas.
Cambia de sabor el vino cuando no hay con quien brindar nos dice Bernàrdez y yo agrego que ningùn logro sirve de nada si no lo podemos compartir con otro. Todas esas cosas que nos creemos que nos daràn felicidad son càscaras, engaños, artilugios, ficciones.
No existen ni el exito ni el triunfo.
El ùnico èxito y triunfo es tener a alguien que nos contenga y al que contener. Que nos acaricie y a quien acariciar. Que nos de la mano. Que juntos miren el fruto del Amor. Que nos susurre y a quien susurrar te amo. Que nos acompañe hasta la cima y nos cobije en el ocaso. Alguien que comprenda nuestras risas, nuestras làgrimas, nuestras palabras, nuestros silencios. Alguien a quien comprender todo eso.
Por eso...y no abandonarè tan facil la tragedia. Creo que la vida me enseñò todo esto que acabo de compartir con uds. Me lo hizo aprender dolorosamente. Una y otra vez me lo mostrò y me lo hizo sentir en la piel. Y en su crueldad (aquì mi tragedia) porque cuando quiere la vida es cruel me hizo conocer y tocar el paraiso para luego negàrmelo.
De todas formas aun sigo creyendo que: la Vida vale menos que el Amor.

No hay comentarios: