Réquiem para un amor
Hoy voy a decir largamente cuánto me dueles:
la noche toma tu forma, dándome gritos.
Hoy voy a decir que si no he muerto es porque espero
al filo del agua en la tormenta
en nuestra semejanza en la que creo
cabalmente, noblemente, sí, no he muerto.
Voy a gritar que te quiero a pesar de ti, por ti,
eternamente mía, enteramente, toda,
penosamente a vuelo de pájaro,
enteramente mía y otra vez y siempre.
Hoy voy a decir cuánto me dueles,
hoy voy a decir "me dueles, cuánto".
Ay, amor, las tardes me persiguen todavía.
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