martes, 16 de octubre de 2007

El Àngel Gris.





Hace veinte años mirando un programa de televisiòn, conocì a Alejandro Dolina.
Desde ese momento todas mis noches estàn pobladas de sus palabras.
De su mano conocì muchas maravillas, pude entablar diàlogo con los mas diversos autores.
Pasee por Grecia de la mano de sus dioses...morì de amor por historias imposibles...conocì Reyes capaces de todo por el amor de una mujer y mujeres capaces de todo...por amor a ellas.
Comparto una estètica, una forma de ver la vida y el arte, una forma de ver al mundo.Tambièn una forma de ver el amor, por eso compartirè con ustedes esta:




BALADA DEL AMOR IMPOSIBLE.

Los cronistas màs serios del barrio del àngel Gris coinciden en destacar la propensiòn de sus habitantes hacia los amores imposibles.


Asì, mientras los jòvenes de otros barrios se enamoran de muchachas groseramente posibles, los hombres de flores parecen condenados a amar -casi siempre en secreto- a mujeres que no serìan para ellos.


Y en honor a estas damas es que los Hombres Sensibles hacen lo que hacen.


Algunos emprenden desde chicos el estudio del violìn, ùnicamente para aprender a tocar un vals en obsequio a su amada. No importa que ella no alcance jamàs a oìrlo. Èse no es el punto.


Otros indagan los secretos de la versificaciòn y se sumerjen en el dolor para lograr una poesìa.


Hay quienes se ejercitan en el coraje y cultivan la guapeza. Y no faltan los que eligen la melancolìa a la locura.


Piensan los Hombres Sensibles que siendo mejores mereceràn ser amados. Y para la ètica sentimental de este barrio, los mejores hombres son artistas, valientes, tristes o locos.


Por eso los muchachos màs virtuosos de Flores sufren por amor.


Esta realidad ha despertado la atenciòn de todos y la piedad de muchos.


Cada semana, los enamorados de Flores reciben los consejos de sus amigos sabios de otras barriadas.


-¿ Por què amar a la Gran Marquesa del Norte, que es en realidad un duende? ¿Por què conformarse con la hija del yesero?


Son voces tentadoras que exponen las ventajas del amor razonable.


A estas exhortaciones, los Hombres Sensibles responden -no sin acierto- que en el amor no existe el libre albedrìo y que nadie puede decidir de quièn va a enamorarse.


Sin embargo -y a riesgo de caer en especulaciones psicològicas fuera de tono -cabe reconocer que los muchachos del Àngel Gris tienden a aproximarse sentimentalmente a las mujeres que menos les convienen.


Los tratadistas de Villa del Parque y los Refutadores de Leyendas sostienen que buscar pareja es una tarea enteramente racional y hasta cientìfica.


Vale la pena citar la novela didàctica "Hoy te amo con la cabeza", del profesor Amadeo Battista. Esta obra esconde -apenas- la tesis antedicha, entre los rotosos pliegues de su trama.


Parecidos criterios auspicia la esposa de este pensador, la doctora Alba C. de Battista en su libro "Me casè con un cretino".


Muchos hombres de negocios, comerciantes e industriales de la zona han entendido que el amor imposible es cosa nefasta, no sòlo para el que ama, sino tambièn para el desarrollo de las actividades productivas en general.


Declaran estos lùcidos mercaderes que, por lo comùn, los enamorados sin esperanzas son pèsimos empleados, màs atentos al recuerdo de unos ojos pardos que a la correcta realizaciòn de una nota de dèbito.


Tratando de reducir el nùmero de desencuentros amorosos en beneficio de la felicidad general, los Refutadores de Leyendas con la ayuda de los contadores de la Sociedad de Fomento de Villa Malcolm, prepararon las "tablas del Amor Infalible", especie de regla de càlculo segùn la cual las medidas del cuerpo del hombre, su coheficiente intelectual, su edad, su educaciòn, fortuna y berretines determinaban de un modo precisoa la mujer màs conveniente para sus planes amorosos.


Esto es ni màs ni menos que la refutaciòn de una leyenda o-lo que es peor-su reducciòn a tèrminos cientìficos. La leyenda es èsta:


"Hay una mujer para cada hombre, una sola que reùne todas las virtudes que ese hombre sueña. Su belleza està hecha para deslumbrar a ese hombre. Su voz ha sido creada para seducirlo. Su inteligencia, para suscitarle y sugerirle ideas amables. Su ternura, para hacerle dulce el diario sufrimiento. Esa mujer existe y anda por las calles. Pero el destino ha decidido que nunca jamàs se crucen los caminos de ningùn hombre con la mujer que para èl fue concebida."


Manuel Mandeb asegura en sus memorias que cierta tarde creyo reconocer a lo lejos una mujer que le correspondìa, conforme a la leyenda. Inmediatamente se trabò en lucha con el destino y tratò de alcanzar a la muchacha. Lo consiguiò en la esquina de Artigas y Avellaneda. Luego de interceptarle el paso, procediò a explicarle la vieja creencia de los Hombres Sensibles, mientras se secaba el sudor y trataba de recobrar el aliento. Pero la mujer no conocìa la leyenda, o tal vez la conocìa y la acataba puntualmente: dio media vuelta y se fue por Artigas al norte.


Y ya que mencionamos a Manuel Mandeb, conviene recordar que su ilegible prosa se alzò solitaria frente a los tratados racionalistas y a los inventos de los Refutadores de Leyendas.


El polìgrafo de Flores dejò un voluminoso estudio caratulado "Registro de amores imposibles en la lìnea del Sarmiento".


La obra consta de 914 fichas que corresponden a otros tantos casos concretos de amor sin recompensas. Està dividida en cuatro capìtulos:


El primero, subtitulado "Nunca le dije nada", es el màs extenso y registra episodios protagonizados por enamorados silenciosos.


El segundo, "Negativas" expone 115 rechazos, sus motivos, sus tèrminos y consecuencias, para no hablar de otros detalles màs bien superfluos que suelen recargar toda la obra de Mandeb.


El tercer capìtulo, "Amargo desengaño", cataloga 126 decepciones, incluida cuatro padecidas por el propio autor.


El cuarto y ùltimo capìtulo es un inspirado texto romàntico que se conoce como "Elogio del amor inconcluso". Veamos este pàrrafo:


..."Asì como las personas que mueren en su plenitud nos ahorran el recuerdo de la vejez, los amores interrumpido abruptamente siguen viviendo en nuestro corazòn no como brazas agonizantes, sino como horrorosas llamas que queman cada noche..."


"No hay mejor amor que el que nunca ha sido. Los romances que alcanzan a completarse conducen inevitablemente al desengaño, al encono o a la paciencia; los amores incompletos son siempre capullo, son siempre pasiòn."


Pero dejemos ya a Manuel Mandeb y reflexionemos sobre ese delicado asunto. Es sierto que infinidad de personas decentes viven la mòdica dicha del amor comùn y corriente.


Pero el amor imposible. aquèl del cual solamente son capaces los Hombres Sensibles de Flores, es el ùnico cabalmente maravilloso y digno de admiraciòn.


Ocurre asì: un muchacho se enamora de la Mujer Màs Hermosa.


Desde ese momento, su vida no tiene otro sentido que ese amor.


Sin embargo, el hombre sabe que no tiene chance en esa carrera, pues las Mujeres Màs Hermosas suelen casarse con otros caballeros, generalmente ricos o buenos mozos o ambas cosas.


Sus buenos amigos le aconsejaràn el olvido, pero este hombre ha nacido en Flores y no tiene la menor intenciòn de gambetear el dolor.


Y cada dìa deja mansamente que la tristeza le invada los huesos y que tiña hasta el ùltimo de sus pensamientos.


A veces, las distracciones y los mundanos asuntos amenazaràn con hacerle olvidar si quiera por un momento su amor y pesadumbre. Pero el hombre reaccionarà inmediatamente y se sumergirà otra vez en su propio abismo.


Que nadie se engañe. Este hombre que rìe a carcajadas cuando algùn conocido le refiere un cuento de supositorios, està pensando en su amor imposible.


Y la sangre que hincha sus venas es negra y espesa.


Pero, atenciòn. Este amor que lo hace desgraciado es el que le hace mejor. Èl ya ha renunciado a la Mujer Màs Hermosa. Jamàs padecerà decepciones. Su pasiòn no envejecerà ni se envilecerà. Nadie podrà engañarlo. Y a fuerza de bañarse cada dia en el sufrimiento, habrà aprendido el secreto de la resignaciòn.


Los caballeros exitosos no conoceràn la verdadera esencia del amor imposible. Ellos jamàs juegan jamàs su vida a una sola baraja. Con toda prudencia realizan inversiones en uno y otro lugar para compensar con una las pèrdidas ocasionadas por otras.


Pero el amor imposible no es cosa de prudentes, sino de Quijotes.


Sòlo cuatro veces en doce años vio Alonso Quijano a Aldonza Lorenzo.


Jamàs cruzaron palabra. Pero eso le bastò para vivir en ella y por ella. Sin esperar recompensa.


Por eso, señores, si acaso atesoran ustedes uno de estos metejones locos, a no arrepentirse. Sigan soñando y esperando lo imposible. Aunque sepamos que nuestras ilusiones no habràn de cumplirse nunca, sigamos acariciàndolas. Lo contrario serìa -como pensaba Wimpy- confundir una ilusiòn con un pagarè.


Serà una larga jornada. Muchas veces tendremos ganas de contar nuestra pena, pero no podremos hacerlo, para no profanarla. Siempre estaremos solos y tristes, pero no es para tanto. Despuès de todo, ya se sabe que los ùnicos paraìsos que existen son los paraìsos perdidos.